Ruta de tapas y pinchos «Os Viños»
Si hay un lugar en Ourense donde la gente confluye de forma natural, especialmente en las noches de fin de semana, sin duda son «Os Viños», en el Centro histórico: la zona de tapeo por excelencia en la ciudad. Este conjunto de calles, unidas en un extremo por la Plaza del Hierro y que terminan en los alrededores de la Catedral, concentra gran número de bares, restaurantes y tabernas donde disfrutar de la gastronomía y la tradición vinícola de Ourense, compartiendo pinchos, raciones y cantigas en buena compañía. Aunque cada vez encontramos más propuestas de mesa y menú a la carta, lo más tradicional sigue siendo probar bocados a pie de barra en paradas cortas: como manda la tradición, un pincho, un bar.
La escena hostelera de la ciudad goza de excelente salud, con nuevas propuestas surgiendo cada día, lo que hace difícil detallarlas todas. Sirva este itinerario como botón de muestra para guiar al visitante, sugiriendo las zonas más concurridas y algunos de los locales de más larga trayectoria… pero ni mucho menos los únicos.
Ferro Viriato Vinos Plaza del Hierro y calle Viriato
La ruta comienza en la Plaza del Hierro, entrada natural al centro histórico, centrada por una hermosa fuente y con terrazas siempre animadas. Aquí encontramos todo un clásico, el Bar Orellas, templo dedicado al cerdo tanto en su carta como en la decoración del local. Deben probarse su oreja de cerdo y la cachucha prensada. Merecen una mención las patatas «3 Salsas» y los calamares de O Eironciño. Bajo los soportales de la plaza, destaca la Taberna do Meigallo, con una bonita terraza interior ideal para disfrutar de su comida casera en las noches de verano.
Subiendo desde la plaza por la calle Viriato se encuentra el Bar Fuentefría, famoso por sus anchoas y ahumados. Justo enfrente, A Casiña do Pulpo, ideal (ya lo indica el nombre) para adentrarse en la suculenta tradición tan ourensana del pulpo «á feira».
Calle San Miguel
Bajando la empinadísima calle San Miguel desde el Hierro descubrimos en primer lugar el Pingallo, restaurante donde también es posible disfrutar de raciones en su barra. Acto seguido, el Asador de Roa, cuyo cochinillo le ha dado nombre; Casa Toñita, donde hay que probar los huevos rotos; y el Restaurante Gastro Bar San Miguel, uno de los establecimientos históricos de la ciudad hoy completamente renovado y con singulares propuestas de pinchos y carta. Poco antes, el restaurante Ceibe, reconocido con una estrella Michelin. Completan la concurrida oferta de esta calle La Brava, el Monterrey y el Mesón de María Andrea, otro local con solera ubicado en un hermoso pazo del siglo XVI magníficamente restaurado.
Eirociño dos Cabaleiros
En este pequeña plaza apartada de las calles más bulliciosas de los alrededores abundan las terrazas de sus muchos locales, siempre concurridas. Aquí se sitúan clásicos como O Lar da Sabela y el Rey del Jamón, cuyo «pincho completo» es una sabia combinación de tortilla, croqueta y panceta. Y también son muchos los golosos que se reúnen en el Cándido para disfrutar de su chocolate con churros.
Calle de la Paz
Paralela al Eironciño por arriba, se encuentra esta hermosa calle presidida por el Teatro Principal, que enfrente tiene el bar Xes, donde siempre hay buen ambiente los días de función. A su lado encontramos otro Orellas, hermano del local en la Plaza del Hierro, y uno de los más antiguos de la ciudad.
Calle Lepanto
Nos encontramos en el eje central de Os Viños; en esta calle en cada puerta hay un bar, por lo que será difícil elegir. Desde la Plaza del Hierro hasta la Puerta Norte de la Catedral encontramos los pinchos de inspiración vasca de O Barallete, A Saia da Carolina, Las Tapitas de Marian, O Comelló, O Pote y O Enxebre, todos con sus concurridas terrazas, especialmente en las noches de verano. El París es un local de noches animadas donde también es posible disfrutar de su pincho de la semana. A su lado se encuentran A Nosa Taberna, con amplia carta de arepas, O’Cogumelo, donde se pueden saborear sus champiñones con langostinos.
Bordeando la Catedral Vinos Catedral
En plena plaza de Santa Eufemia se encuentra el Tizar, con una carta de tapas y picoteo para compartir. Subiendo Juan de Austria se suceden el Tixola o A Casa do Pulpo, donde disfrutar de esta delicia local.
El ábside de la Catedral forma una pequeña plaza abarrotada de terrazas en un entorno privilegiado, donde conviven dos históricos, el Bar Pérez y A Taberna do Perico, con sus suculentas cazuelas y la sabrosa salsa de sus montaditos.
Calle Hornos
Paralela a la Lepanto, Hornos es otra calle llena de bares donde resulta difícil escoger. En O Arco da Vella tiene fama su soberbia tortilla, y enfrente, en O Souto, sus bombas (pelotas de puré de patata y carne hilada). En el Dos Puertas uno siempre debería parar para tomar un pincho de oreja o calamares, aunque si se va con más calma O Catador es un local histórico de carta interesante. En La Bodeguilla del Centro uno puede decantarse por su brocheta de champiñones y pimientos, y en Atarazana quizás por sus zamburiñas. Otros clásicos son el Bar Samuel, más de 25 años cocinando carne «ao caldeiro», o O Frade, donde la comida se sirve a ritmo de jazz.
Para la noches de verano, el Baysha Soulfood es una propuesta para disfrutar con calma, con una preciosa terraza-jardín donde cenar o tal vez tomar la primera copa, así como las terrazas de la Plaza de As Mercedes, con propuestas como el Café Ollo Ledo, el Portovello o en la parte superior, la vermutería La Garza.